Entrenamiento básico


A nadie le gusta un perro desobediente e incontrolado, por lo que cuanto antes comiences su entrenamiento, mejor. Muchos entrenadores profesionales recomiendan una clase temprana de obediencia para facilitar el proceso. Una de las primeras cosas que deberás enseñar a tu cachorro es a reconocer su nombre. Utilízalo con tanta frecuencia como puedas para llamar su atención: cuando le felicites y cuando le das de comer. Pronto aprenderá a responder a su nombre cuando le llames. La repetición es importante cuando se entrenan cachorros. Y recuerda que debes tener paciencia.

Aquí tienes algunos trucos para el adiestramiento:

  • Para evitar la confusión, usa el mismo tono y palabras para ciertas órdenes. Ponte serio, para que tu cachorro aprenda que debe tomarse el entrenamiento en serio.
  • Si pierdes la paciencia, tu cachorro lo percibirá y el entrenamiento será más difícil. Intenta estar calmado.
  • Nunca golpees a tu cachorro, ni le levantes la voz. Usa los mismos elogios cuando proceda y un firme 'No' cuando debas corregirle.
  • Termina las sesiones de entrenamiento con un comentario alegre.
  • Acostumbra a tu cachorro a llevar un collar blando desde el principio. Después de un tiempo, añade una correa corta y ligera y déjate llevar por él sin tirar de ella durante algunos días. El objetivo es acostumbrarle a caminar contigo sin que tire. Si corre, o se retrasa, un suave tirón es todo lo que deberás hacer. Quédate cerca de él para que no sienta deseos de soltarse.

Entrenamiento en casa

  • Comienza el adiestramiento de tu cachorro en casa desde el principio. Establece una rutina regular de alimentación y sácalo de paseo con frecuencia para que haga sus necesidades, especialmente cuando se despierte. Si le ves caminar en círculos o gimiendo cerca de la puerta, son signos seguros de que necesita salir al exterior rápidamente.
  • Cuando haya hecho sus necesidades, asegúrate de alabarle. Desde luego, pueden producirse accidentes, pero cuando suceda no le levantes la voz; tampoco es conveniente que le pegues o le frotes el hocico en sus excrementos. Es demasiado joven para relacionar las reprimendas y los excrementos y, simplemente, sentirá miedo y confusión. Cuando termine, sácalo fuera rápidamente y felicítale.